La infancia constituye una etapa de la vida en la que una correcta alimentación tiene gran importancia. Cualquier malnutrición (por exceso o por defecto) puede tener repercusiones negativas para la salud a corto y largo plazo. Por ello, la alimentación del niño/a debe cumplir un triple objetivo:
• Cubrir las necesidades energéticas y plásticas que aseguren un desarrollo y crecimiento normales.
• Evitar carencias y desequilibrios entre los distintos nutrientes.